Martín Gejer
Grupo B / Setiembre
Noticia disparadora
del artículo:
Si bien la preocupación
por la situación del tránsito en la ciudad de Montevideo ha estado presente en
los últimos años, han aparecido en los últimos meses diferentes debates acerca
del tema. El impacto de lo que fue la obra del corredor Garzón aparece siempre
presente, y las declaraciones y propuestas del Ministro Enrique Pintado se
hacen eco.
En los últimos años,
el tránsito en la ciudad de Montevideo se ha vuelto cada vez más complicado y
caótico. La dificultad en la movilidad de las personas en lo que refiere a
vehículos particulares y a los usuarios del transporte público ha ido
empeorando y ha sido tema de debate en repetidas ocasiones.
Por un lado, la flota
de autos existentes en la ciudad, ha crecido considerablemente, lo que no fue
acompañado por una adaptación de la infraestructura necesaria.
Por otro lado el uso
del transporte público sigue siendo
fundamental, sin embargo, la flota de ómnibus con la que contamos, presenta
carencias importantes. Antes que nada, se trata de vehículos viejos, que se
desgastaron con el tiempo y que no funcionan a la perfección. Sumado a esto, no
hubo una adecuación ni un mantenimiento necesario de la infraestructura vial
como hubiese convenido.
Estos factores
tuvieron por lo tanto como consecuencia un deterioro de las vías públicas. Y este
hecho, trae consigo fenómenos que repercuten sobre toda la población. Entre
ellos, encontramos desde mayores tiempos de espera para alcanzar lugares,
incomodidad para usuarios, dificultades en la circulación, estrés,
disconformidad y falta de confort. Todos estos, sumados a otros factores,
generan que la calle se haya transformado en lo que es hoy en día: un lugar de
tránsito, en el que la gente no desea estar, y sólo espera arribar a su destino
lo antes posible. El habitante no se apropia de esta calle, que no se adecua a
su situación. No la vive y no se identifica (al menos si se la compara con lo
que significó la calle en nuestra ciudad, años atrás).
En este sentido, se
han hecho diferentes propuestas con el correr de los años; algunas llevadas a
cabo, otras no. En las últimas semanas, el Ministro de Transporte y Obras
Públicas, Enrique Pintado, trajo a la luz una propuesta particular. Si bien
puede llegar a no llevarse a cabo, o posiblemente no pretenda hacer un cambio
profundo, podemos ver algunas de las características de las ideas que se
proponen al día de hoy en nuestra ciudad. El Ministro, propuso incorporar a
Montevideo el "Bus Rapid Transit": un proyecto que se llevó a cabo en
la ciudad de Santiago de Chile, que logró efectivizar y mejorar el tránsito y
sobre todo el transporte público. Esto gracias a la creación de líneas con
recorridos más efectivos con vehículos que los pudieran recorrer de forma más
veloz y con menos paradas. Sin embargo en el caso de Chile, se llevó a cabo
también el metro; lo que claramente también influyó en el mejoramiento de las
circulaciones internas de la ciudad.
Si bien es una
propuesta interesante la que se llevó a cabo en dicha ciudad, en mi opinión no
necesariamente debería funcionar en la nuestra. Y creo que ese punto es un
problema que nos afecta en muchos aspectos en lo que refiere a las
intervenciones urbanas que se han hecho en los últimos años en nuestra ciudad.
Muchas de las propuestas y de las intervenciones que se llevan a cabo, surgen
de la adaptación de otras intervenciones de otras ciudades. Sin embargo,
nuestra ciudad necesita más una planificación global, a mayor escala y pensada
especialmente para las características de nuestro territorio.
De hecho muchas de las
intervenciones que se llevan a cabo son puntuales y repercuten en un punto en
específico, y no siempre se piensa en qué tipo de intervenciones merecen las
calles y los espacios públicos en nuestra ciudad, tomando en cuenta nuestra
cultura y nuestra población.
Hoy en día, el caso
del que se habla más es lo que fue la creación del corredor Garzón. Si bien
está planteado que se lleven a cabo intervenciones similares en otros sectores
de la ciudad, puntualmente esta intervención no tuvo repercusiones tan
positivas, o al menos dejó en evidencia la falta de experiencia y de
planificación correcta en estas intervenciones.
También podemos
asociar los intentos de las vías que se
intentaron generar en las calles, para que circularan sólo ómnibus (sin
corredor). En el caso de que sea una intervención que sea la conveniente para
algunas de nuestras vías (fue criticada por muchos cuando se la planteó para
Av. Italia), de todas formas no se llevó correctamente a la práctica. Tal vez
por falta de control, tal vez por falta de comunicación, o uso no adecuado.
En conclusión, creo
que antes de cualquier intervención, es necesario estudiar si realmente se
adecua a nuestra ciudad y a nuestra
población. No necesariamente surgirán las ideas provenientes de otras ciudades,
ya que no necesariamente nuestra cultura y nuestra ciudad sea exactamente
similar a las demás. Con esto no es la idea hacer un juicio de valor negativo
respecto a las propuestas nombradas, sino plantear la importancia de pensar en
la particularidad de un territorio para lograr una intervención con resultados
positivos.
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