Fiorella Diez
La nota que se comenta se
refiere al Plan Especial de Ordenaciòn, Protección y Mejora de Carrasco-Punta Gorda presentado a
la IMM en el año
2003 por los Arqs. Pablo Ligrone y Angela Perdomo.
La idea inicial apunta a
convertir a la Avda
Alfredo Arocena en una peatonal.
Indica que técnicos de la Comuna se han reunido con
comerciantes y fuerzas vivas de la zona para comentar dicho plan y para recabar
comentarios e información al respecto.
El mencionado Plan ya cuenta
con 10 años y resulta indudable que muchas características que se mencionan en
el mismo ya han ocurrido en Carrasco, aunque sin ningún tipo de previsión en lo
que respecta a tránsito, estacionamiento y proyección de futuro de un barrio
que ya ha cambiado.
Se recabaron testimonios y
opiniones varias de comerciantes y vecinos de la zona, que resultan divergentes
en cuanto a su visión de transformar dicha Avda en peatonal.
En términos generales
argumentan que la zona se convertiría en un lugar inseguro, en una zona
cerrada, con pubs y boliches indeseables, con serios problemas de tránsito,
circulación y de estacionamiento, así como también vislumbran pérdidas
comerciales debidas al difícil acceso a los locales comerciales.
Sin
embargo, varios reparos y consideraciones me merecen los cuestionamientos al
referido Plan.
En
primer lugar, dicho plan tiene 10 años de realizado e indudablemente Carrasco
ya ha cambiado. Fue el mercado y los
propios vecinos de Carrasco quienes confluyeron en innumerables inversiones –no
siempre con adecuadas proyecciones- que hacen ineludible que la Comuna busque cambios de
circulación, transporte y seguridad (entre muchas) en forma urgente.
Por
ejemplo, el Hotel Carrasco, que en el Plan se consideraba como futuro e
hipotético, hoy día es una realidad que ha embellecido y transformado
parcialmente esa zona.
En
consecuencia, a mi entender, sería prudente aggiornar
dicho Plan, readecuándolo a la realidad actual.
Sin
perjuicio de ello, entiendo adecuado realizar tareas de información y de previo
convencimiento con los vecinos de la zona, más allá de las naturales
resistencias a los cambios que este tipo de planes conlleva.
Ejemplos
sobran de peatonales que han contribuido a mejorar sensiblemente determinados
barrios y a solucionar cuestiones de seguridad, tránsito y prosperidad
comercial al mismo.
Entiendo
que el verdadero desafío arquitectónico está en realizar las transformaciones
necesarias sin agredir ni menoscabar la esencia de este barrio.
Cuestiones
tales como la Estación
de Servicio, los bancos, la seguridad, el tránsito, los estacionamientos y la
circulación parcial o no en la zona, deben ser abordados en un Plan más
general, por etapas, proyectando un barrio donde puedan confluir en armonía una
zona residencial típica de Montevideo, con un centro comercial ya en funcionamiento
así como un centro ejecutivo y bancario que ya es realidad, sin perder su
esencia.
A vía de ejemplo, comenzaría con un proyecto
menos ambicioso en cuanto a la extensión de la peatonal, haciéndola en una
primera etapa desde la calle Alejandro Schroeder hasta la rotonda de la calle
Sanz, donde comienza el Hotel Carrasco.
Este
tipo de decisión tiene la doble ventaja de concretar rápidamente en los hechos
el Plan, así como la de preveer con tiempo el proyecto ampliado y final del
mismo.
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