María Giordano
Taller de Urbanismo Grupo B
Agosto 2013
Tomando como argumento la temática tratada en el curso sobre
la valoración de zonas céntricas como Ciudad Vieja, propongo realizar un breve
estudio sobre la influencia de terrenos vacíos u obsoletos en el corazón de la
ciudad.
Como mencionamos numerosas veces en clase,
como estudiantes avanzados en nuestra disciplina, estamos capacitados para
notar, percibir y analizar críticamente ciertos aspectos del tejido urbano, especialmente
características de aquel que habitamos; Montevideo.
Es en este contexto que me gustaría hacer énfasis en un
aspecto que advierto a diario al recorrer nuestra ciudad. No se trata de algo
que personalmente haya descubierto, sino que por el contrario es un factor que
ha sido examinado en muchas ocasiones; me refiero a la gran cantidad de
terrenos baldíos que se encuentran en la capital, sobretodo en la zona céntrica
de Cordón y Ciudad vieja. Se trata de la existencia de ciertos espacios que
ocupan un lugar en los nodos de la urbe y forman parte del paisaje citadino a
lo largo de del recorrido de las más relevantes avenidas que componen el
tejido.
Particularmente me interesa
ejemplificar con un espacio singular como lo es el comprendido entre las calles
Daniel Fernández Crespo y Uruguay, y las calles
Mercedes y Arenal Grande, perteneciente a la Intendencia de
Montevideo.
Hace ya algunos años que recorro a diario este tramo de la
metrópolis preguntándome como es posible que en una zona tan relevante y
consolidada, exista un terreno con gran potencial en estas condiciones de
abandono, desocupación y obsolescencia.

Para mi
agrado, en los últimos meses se colocó un cartel en el lugar, informando sobre
un nuevo proyecto perteneciente a una intervención urbana en Cordón Norte que
se realizará en el sector. A raíz de esto, comencé a investigar concisamente de
que se trataba el mencionado proyecto y encontré una reseña sobre este en la
página web de la IMM.
El mismo comprende una suma de programas que se adaptan a las
actividades del sector, lo cual resulta bastante contemporáneo. Un edificio de
oficinas, locales comerciales, y un estacionamiento subterráneo, todos
vinculados a través de un espacio público abierto que da lugar a la recreación
de los usuarios constituyen el proyecto. A partir del artículo se invita a
privados a participar de la subasta del lote para comenzar casi de inmediato
con la ejecución del mismo.
A partir de
este breve análisis, me parece importante destacar y valorar el hecho de que se
esté accionando sobre estos terrenos y que se estén enfocando esfuerzos en
intervenciones referentes a estas zonas. Creo que como profesionales en el área,
los arquitectos deben tener en cuenta, como vimos en clase, la preservación de
aquellos sectores consolidados y considerar que esto último no solo incluye la
conservación de la memoria de aquellas riquezas patrimoniales y la intervención
en aquellos edificios valuables cuyo estado es deteriorado; sino que también encierra
el planeamiento y construcción de nuevos elementos adaptados a los nuevos usos
y a su vez que contemplen lo existente: contemporáneos.
Es así que con la suma de las anteriores acciones
logramos fortalecer la zona, su uso y su paisaje; revitalizar el valor sobre la
misma recapitalizando lo preexistente y generando nuevos elementos que no
corrompan lo previo y favorezcan a la riqueza urbanística del lugar.
María Giordano


No hay comentarios:
Publicar un comentario