domingo, 3 de noviembre de 2013

Los Terrenos Baldíos y el Proyecto para la terminal Arenal Grande



María Giordano
Taller de Urbanismo Grupo B
Agosto 2013

Tomando como argumento la temática tratada en el curso sobre la valoración de zonas céntricas como Ciudad Vieja, propongo realizar un breve estudio sobre la influencia de terrenos vacíos u obsoletos en el corazón de la ciudad.
 Como mencionamos numerosas veces en clase, como estudiantes avanzados en nuestra disciplina, estamos capacitados para notar, percibir y analizar críticamente ciertos aspectos del tejido urbano, especialmente características de aquel que habitamos; Montevideo.

Es en este contexto que me gustaría hacer énfasis en un aspecto que advierto a diario al recorrer nuestra ciudad. No se trata de algo que personalmente haya descubierto, sino que por el contrario es un factor que ha sido examinado en muchas ocasiones; me refiero a la gran cantidad de terrenos baldíos que se encuentran en la capital, sobretodo en la zona céntrica de Cordón y Ciudad vieja. Se trata de la existencia de ciertos espacios que ocupan un lugar en los nodos de la urbe y forman parte del paisaje citadino a lo largo de del recorrido de las más relevantes avenidas que componen el tejido.

            Particularmente me interesa ejemplificar con un espacio singular como lo es el comprendido entre las calles Daniel Fernández Crespo y Uruguay, y las calles Mercedes y Arenal Grande, perteneciente a la Intendencia de Montevideo.
Hace ya algunos años que recorro a diario este tramo de la metrópolis preguntándome como es posible que en una zona tan relevante y consolidada, exista un terreno con gran potencial en estas condiciones de abandono, desocupación y obsolescencia.
           
 Para mi agrado, en los últimos meses se colocó un cartel en el lugar, informando sobre un nuevo proyecto perteneciente a una intervención urbana en Cordón Norte que se realizará en el sector. A raíz de esto, comencé a investigar concisamente de que se trataba el mencionado proyecto y encontré una reseña sobre este en la página web de la IMM.
El mismo comprende una suma de programas que se adaptan a las actividades del sector, lo cual resulta bastante contemporáneo. Un edificio de oficinas, locales comerciales, y un estacionamiento subterráneo, todos vinculados a través de un espacio público abierto que da lugar a la recreación de los usuarios constituyen el proyecto. A partir del artículo se invita a privados a participar de la subasta del lote para comenzar casi de inmediato con la ejecución del mismo.

            A partir de este breve análisis, me parece importante destacar y valorar el hecho de que se esté accionando sobre estos terrenos y que se estén enfocando esfuerzos en intervenciones referentes a estas zonas. Creo que como profesionales en el área, los arquitectos deben tener en cuenta, como vimos en clase, la preservación de aquellos sectores consolidados y considerar que esto último no solo incluye la conservación de la memoria de aquellas riquezas patrimoniales y la intervención en aquellos edificios valuables cuyo estado es deteriorado; sino que también encierra el planeamiento y construcción de nuevos elementos adaptados a los nuevos usos y a su vez que contemplen lo existente: contemporáneos.

Es así que con la suma de las anteriores acciones logramos fortalecer la zona, su uso y su paisaje; revitalizar el valor sobre la misma recapitalizando lo preexistente y generando nuevos elementos que no corrompan lo previo y favorezcan a la riqueza urbanística del lugar.     

María Giordano
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