domingo, 3 de noviembre de 2013

La producción social del hábitat (PSH)




Mariana Taullard
Taller de Urbanismo / Grupo A / Agosto
   En un contexto de crisis global en América Latina en el que los debates sobre el modelo productivo, el tipo de desarrollo y las tensiones entre el modelo de desarrollo socio-productivo y el asunto ambiental se amplifican de manera creciente, se desarrolla el campo de la producción social del hábitat.
   La expresión “producción social del hábitat” supone la capacidad de autoproducción, de los sectores populares, de viviendas, sectores de la ciudad y los territorios que habitan. Un fenómeno que se ha reiterado en el continente, más allá de que los procesos nacionales y locales muestren diferencias en tiempos, escalas, modalidades y formas de relación con el Estado. Esta capacidad autoproductora del espacio urbano, se desarrolla generalmente en condiciones desfavorables, partiendo de severas carencias, restricciones de financiamiento y con un marco jurídico inadecuado.
   En cuanto a la ‘Tipología del Hábitat Precario Metropolitano’ en Uruguay, se presenta el desafío de abarcar el polarizado proceso de migraciones internas que consagran tanto, el despoblamiento y ‘tugurización’ de barrios centrales como, la expansión de periferias con carencias de servicios básicos. La expansión urbano-territorial resultante en el Conurbano Montevideano constituye un hecho singular debido a las particularidades de la dinámica y la distribución de ocupaciones del suelo.
El cambio demográfico de hogares con menor número de integrantes y a su vez de mayor edad, generó la caída del número de pobladores en barrios centrales y consolidados, lo que impacto en la caída de la densidad de pobladores por Há. En lo que respecta al corrimiento de bordes peri-urbanos, en la investigación llevada a cabo por Prof. Arq. Edgardo J. Martínez Camarotte “Transformaciones Urbanas Metropolitanas. Transformaciones urbanas y sus pobladores en Montevideo metropolitano”, registran tres variantes principales de ocupación del suelo en sitios con baja densidad de viviendas. Las migraciones intraurbanas por parte de sectores pudientes con nuevos hábitos en cuanto a la residencia; La intensificación del uso de casas de veraneo reconvertidas en viviendas permanentes, generando barrios satélites con aumento en la demanda para suplir insuficiencia del acondicionamiento urbano del suelo en bajas densidades; La ultima variante constituye la situación de familias pobres por pérdida de empleo, o salario insuficiente que tienden a reubicarse en sitios precarios, dentro o en bordes, por fuera de la trama urbana mediante acciones o transacciones informales en resquicios de la ciudad o, por acceso a suelo en régimen rural.
La extensión y la persistencia de la informalidad urbana de los últimos decenios en el Uruguay no se explica solamente por la pobreza, no todos los ocupantes de Asentamientos Irregulares (AI) son pobres, ya que existe más pobreza fuera de los asentamientos, con más indigentes y sin o baja educación alojados en el tejido formal. Otras respuestas a la pregunta del porque de la expansión informal, constituye la falta o desenfoque de programas de vivienda social acompasado por inversiones públicas sectoriales en materia de infraestructura en servicios básicos. Esta situación propicia la transformación clandestina de suelo en régimen rural a urbanizaciones informales, ilegales y precarias.
Bibliografía:
“Transformaciones Urbanas Metropolitanas. Transformaciones urbanas y sus pobladores en Montevideo metropolitano”. Prof. Arq. Edgardo J. Martínez Camarotte. Fuente: http://www.farq.edu.uy/itu/sum/
La producción social de hábitat en América Latina. Desafíos para una Región en transformación”. María Mercedes Di Virgilio y María Carla Rodríguez. Fuente: http://www.cafedelasciudades.com.ar/

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