Proyectando relaciones
La Paz es una
región del departamento de Canelones, al Sur, en el límite con la capital del
país. La zona se caracteriza por ser tranquila, una ciudad de baja densidad,
conformada mayoritariamente por edificios de vivienda. Con una pequeña
área comercial, la ciudad tiene poco desarrollo. Son pocos los habitantes que
ejercen su vida ahí, la mayoría de ellos utilizan esta región como una ciudad
dormitorio, es decir, todas sus actividades de desarrollan en Montevideo, y regresan
luego a La Paz, a pasar la noche.
Con esta
característica y etiqueta, la ciudad se ha dejado estar. No se ha modificado,
ni se ha mejorado. Se mantiene igual hace, por lo menos, 20 años. Distintas
actividades y programas que existían allí, hoy han cerrado, o ya no funcionan.
La cantidad de viviendas no ha aumentado, ni tampoco su escala o aspecto. Es
una ciudad monótona, con un crecimiento poblacional que no se hace notable en
la estructura de la ciudad.
Sin embargo, el
problema no es que la ciudad no se haya modernizado, ni modificado, ni
mejorado. El problema es que los que habitan allí no esperan ni desean un
cambio. Les gusta el
estilo de la ciudad, el ambiente, el conocerse entre todos. Esa sensación de
que son todos conocidos y amigos, la confianza entre el almacenero y sus
clientes, entre los ancianos que pasan el tiempo en la vereda y todas las
personas que habitualmente hacen ese recorrido.
No es que no
quieran progresar, es solo que no quien vivir en una ciudad grande. Entre
instalarse en un lugar con todos los servicios al alcance, cerca, a una corta
distancia del trabajo, y vivir en un lugar con paz, tranquilidad, y de escala
más hogareña, pero lejos de su trabajo y servicios, han optado por la segunda,
a pesar de las distancias.
Es por este
motivo que no aceptan un proyecto que incluya viviendas de alta densidad, como
edificios, por ejemplo, ni un centro de oficinas, ni un campus universitario.
Pese a que debido a su localidad y cercanía con la capital estos serían
programas adecuados para insertar en la zona, no serían ni bien vistos, ni
aceptados por los ciudadanos, por lo que
se debería intervenir en la ciudad con otro enfoque.
Intercambiando
opiniones con quienes allí residen, he llegado a la conclusión que lo más
importante y a destacar de la ciudad son las áreas comunes, que sí que hacen
falta. Lugares de reunión, donde puedan juntarse las distintas personas a
seguir conociéndose y generar este tipo de relación, casi como un parentesco
entre vecinos.
No deberíamos
modificar el vínculo entre las personas, que tanto ha separado la tecnología y
los nuevos ritmos de vida. Valoremos este tesoro que La Paz conserva y se
esfuerza por mantener. Proyectemos estilos de vida, y no solo arquitectura. Escuchemos a los
habitantes y tengamos en cuenta su opinión porque, al fin y al cabo, ellos son
quienes habitarán la ciudad y la vivirán.
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