Desafíos a la hora de proyectar en las ciudades
El momento de
proyectar suele ser pensado como el momento más importante en la intervención
en ciudades o la generación de las mismas. Sin embargo, ¿Cómo se puede comenzar
a proyectar sin antes haber realizado un exhaustivo estudio y análisis de las
condiciones del espacio en el que se piensa actuar?
Los lineamientos
y sugerencias que el mismo lugar comienza a insinuar terminan por ser aquellas
pautas que el proyectista ‘debería’ tener en cuenta para lograr una correcta
adaptación y poder sacarle el mayor provecho a las condiciones de cada sitio en
particular, realzando sus potencialidades y resolviendo de manera adecuada sus
debilidades.
Con estos
conocimientos previos, las utopías urbanísticas, los imaginarios urbanísticos
pueden ser ejecutados más fielmente a las expectativas. Estos imaginarios deben
tener en cuenta las necesidades que sugieren el lugar y la época.
En la actualidad
hay ciertos elementos que no pueden ser dejados de lado, el imaginario debe
englobar una solución integral en su planificación. El transporte, las zonas de
vivienda, de trabajo, de industria, de esparcimiento, espacios públicos de
calidad, infraestructura, etc. Son algunos de los ingredientes fundamentales a
tener en cuenta.
Además de estas
características ‘básicas’, las ciudades del presente deben incorporar otras
propiedades que la hagan perdurable en el tiempo, deben ser capaces de
anticiparse a posibles acontecimientos futuros, con esto me refiero a que las
nuevas ciudades deben ser sustentables.
Así como se debe
estudiar el lugar puntual donde se desea proyectar, se debe hacer un análisis
macro de la situación en la que se encuentra el mundo al cual le estaríamos
‘agregando’ más ciudades. Con el acelerado crecimiento de las ciudades a una
escala sin precedente, se ha comenzado a generar un desborde de las
urbanizaciones, una gran degradación de las mismas y un empobrecimiento
general. Esto sumado al importante descenso de posibilidades que los recursos
de planeta están siendo capaces de proveer.
Como
consecuencia directa de esto surge el concepto de ciudades verdes: son aquellas
que poseen la capacidad de recuperación, autosuficiencia y sostenibilidad
social, económica y ambiental. Para ello es necesario incorporar políticas de
actuación y de concientización pero, ¿quién mejor que el arquitecto proyectista
o el urbanista para implementar estas nuevas soluciones a un problema real y tangible?
Entonces, ¿Cuál
es el mayor desafío a la hora de proyectar ciudades? En mi opinión la clave se
encuentra en ser capaces de tomar aquello que nos suministra el lugar en
particular y combinarlo de manera eficiente con los requerimientos de las
ciudades del Siglo XXI, siempre teniendo en cuenta que se debe proyectar para
un presente pero más que nada para un futuro.
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