martes, 1 de diciembre de 2015

TU. F3: GUTIERREZ

DENSIFICACIÓN: la clave de las ciudades sostenibles.

 De los cinco principios que la organización UN-Habitat señala que se deben cumplir para un correcto desarrollo y crecimiento de las ciudades me centraré en uno, la densificación como mejor opción de crecimiento de los nuevos desarrollos urbanos, fruto del aumento de población en las ciudades por la migración existente del medio rural a las grandes urbes.

La organización para un futuro urbanístico mejor, en su punto segundo de la nueva estrategia de planeamiento sustentable, recomienda que los nuevos planeamientos deberían tener al menos una densidad de 15.000 habitantes por kilómetro cuadrado. En su catálogo menciona ciudades que varían en una horquilla de entre los 3.280 hab/km2 de Castellón de la Plana en España hasta la muy densificada Dhaka en Bangladesh con 55.530 hab/km2. En la medida justa que propone Un-Habitat está la también española Ciudad de Barcelona, que una vez más se convierte en un referente urbanístico además de por el trazado de su trama urbana.

Pero hay que tener en cuenta un factor muy importante que puede hacer que la densidad de una ciudad varíe. Por ejemplo, en el caso de Barcelona, se ha tenido en cuenta la extensión del término municipal a la hora de calcular la densidad. Pero si se hace el cálculo únicamente con la extensión de la ciudad, con el terreno urbano, lógicamente la densidad sube.

Vancouver, en Canadá, quizá sea mejor ejemplo, ya que tiene una densidad de 1.200 hab/km2, que aumenta cuando se mide solo en su casco urbano. Y no sólo es ejemplo por tener la densidad perfecta si no porque en un plan de eficiencia de la ciudad impulsado por su ya exalcalde Sam Sullivan ha sido como se ha alcanzado esa perfecta densidad. Según explica el propio Sullivan, “densificar la ciudad ha sido la llave que ha convertido a Vancouver en la ciudad con mayor calidad de vida del mundo”. En los últimos 15 años han cambiado los hábitos de sus ciudadanos radicalmente. El 65% de los desplazamientos se hacen a pie, porque al densificar una ciudad hace que todos los servicios estén más concentrados, y por tanto las distancias para moverse se hacen más cortas. Con ello también se consigue reducir las emisiones de CO2 a la atmósfera. Sullivan, que además es experto en urbanismo señala que el modelo de Vancouver es totalmente contrario al estadounidense, donde grandes extensiones con poca población son las de dominan en el territorio, haciendo que esa ciudades sean poco competitivas, altamente contaminadas  y nada eficientes. Precisamente en EE.UU está Manhattan, el distrito de Nueva York que cumple a la regla con el modelo canadiense. En una red de conferencias explica cómo se llegó a la Vancouver actual, dedicando el 20% del presupuesto a planes que persiguen este objetivo.

Además explica que Vancouver se ha convertido en la ciudad más accesible del mundo, y se quita mérito al explicar que él pudo ser alcalde porque la ciudad ya era accesible, recordando que no lo es porque él sea minusválido. Otra de las ventajas de densificar la ciudad es que el transporte urbano como la red de metro es menos extensa, más fácil de construir y a un menor costo.

Pero lo importante de estos planes es que sean viables económicamente. Por ello Sullivan optó por mantener un acuerdo con los constructores de los altos edificios, quienes revertían un tercio de la superficie del terreno a la ciudad en forma de zonas verdes y espacio públicos a cambio de aumentar la altura del edificio. De esta manera también se dota de “aire” a la ciudad y no se tiene una sensación como por ejemplo que se tiene en Manhattan, en la que iniciativas como el High Line, tienen un éxito rotundo por la necesidad de dotar a la ciudad de más espacios libres descongestione el asfalto y el hormigón.


La imagen de Manhattan contrasta con la de Vancouver, donde los grandes edificios que densifican la ciudad se combinan con áreas verdes y espacios libres, que hacen la ciudad más agradable.

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