En las ciudades consolidadas aún es posible diseñar pensando en los peatones.
En el estudio de UN HABITAT,
entre los cinco objetivos siempre se encuentra el de hacer la ciudad
“caminable”, es decir, reducir la dependencia del automóvil y generar zonas
urbanas con un 40% de espacio de suelo destinado a uso económico, de manera que
la gente que viva en el barrio pueda ir a trabajar cerca de casa, y de esta
manera reduzca la necesidad/tentación de ir en auto. De esta manera, y casi como consecuencia, al
hacer los viales con una idea de coexistencia, sin darle mayor importancia al
auto que al peatón, éstos adquirirán un grado extra de seguridad, generado por
la propia vida que en éstas calles se genera.
Así visto, no cabe duda de que
las ciudades/barrios que se proyecten a partir de ahora deberán contar con usos
mixtos tanto en las calles (bici, peatón y coche tratados por igual), como en
los edificios (viviendas, comercios y oficinas públicas/privadas). Pero, ¿Qué
sucede con las ciudades que ya están completamente consolidadas y que traen
consigo el gran problema de las calles pensadas únicamente para los vehículos?
Bien, pues hay solución: Recurriendo a la redistribución del espacio público, que conlleva quitarle lugar a los
automóviles, ya sean calles o estacionamientos, plantar más árboles, construir
más veredas y ciclo-vías, y establecer nuevas zonas de descanso, es
posible diseñar lugares más acogedores, con menor congestión vial y que
fomentan los modos sustentables de movilidad, como las caminatas y las bicicletas.
Con el objetivo de dar a conocer las renovaciones que ya han cambiado
el diseño urbano, la agrupación brasilera Urb-I, integrada por planificadores
urbanos, inició el proyecto “Antes/Después”, en el que muestran cómo eran las
calles de diferentes ciudades del mundo, y cómo son en la actualidad tras una
intervención de este estilo.
De esta manera, aparte de pensar en generar nuevos barrios con éstas
características, podemos pensar en que el problema actual tiene solución, y
mover el campo del urbanismo, volviendo a enfocar a las ciudades existentes y
no tanto a lo nuevo, pensando en que puede solucionarse la calidad de vida de
mucha gente y de la ciudad en general con unos cambios mínimos en las veredas,
que tengan más en cuenta al peatón que al vehículo, y que generan aparte un
cambio colateral en el resto de la trama urbana, ya que el entorno de la vereda
también cambia, de manera casi orgánica, al crearse nuevas oportunidades para
los comercios y viviendas colindantes, a raíz del nuevo tránsito peatonal.
Estos cambios sorprendentes pueden apreciarse en las imágenes del estudio
( http://www.urb-i.com/#!antes-depois-2/c12f5).
Dejo 10 imágenes adjuntas para ver el impresionante efecto de estos sutiles
ejercicios para generar curiosidad, ya que en la página hay más de 600 y es
complicado elegir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario