Ciudades del futuro.
Casi
la mitad de la población mundial vive actualmente en ciudades, y para el año
2050 se prevé que aumente a 75%, pero, ¿en qué tipo de ciudad viviremos por
entonces?
A lo largo de las últimas
décadas, el panorama de las ciudades ha cambiado significativamente debido al
rápido crecimiento urbano y poblacional de las mismas. Éste fenómeno deriva en
varios problemas ambientales y a la ineficiencia del territorio en general,
donde las ventajas que otorga el concepto de ciudad se pierde.
Los procesos de ocupación del
suelo son los que determinan el crecimiento de la mancha urbana en
relación con el crecimiento de la población y, por tanto, de su planeación
depende aminorar el impacto negativo que conlleva la expansión de las
ciudades. Sumado a este dilema, el impacto que tiene, cada vez más, el
incremento en la cantidad de automóviles y la ineficiencia de las vías de
conexión, llama al cambio de conciencia y a la preocupación por empezar a
trazar un camino hacia la ciudad del futuro: una ciudad sustentable.
Las ciudades del futuro deben
construir un tipo diferente de espacio y estructura urbana, en las cuales se
tome en cuenta las problemáticas que asechan a las urbanizaciones actuales.
Para solucionar dichas problemáticas, UN-Habitat propone una estrategia que
resume las teorías para una urbe sustentable, basado en 5 principios que
incluyen los 3 pilares para lograr una ciudad de estas características:
compacta, integrada y conectada.
La estrategia se basa en generar
un espacio adecuado para calles y una red de vías eficiente, generar una alta
densidad en el territorio de manera de aprovechar el suelo y el espacio urbano,
además, el uso mixto del territorio compone otro punto fundamental, donde se
limita el uso especializado y se genera la inclusión social.
En la idea de construir una nueva
ciudad, o una ciudad sustentable, el ciudadano aparece como un actor primordial,
ya que nadie mejor que él, para saber de las necesidades del espacio que
habita.
Cuando pensamos en una ciudad como
la de Ámsterdam, por ejemplo, no pensamos en que es la ciudad más sustentable
del mundo, pero sí una en la cual todos sus habitantes respetan el medio
ambiente que los rodea, en la que el automóvil no es el principal vehículo para
moverse, sino que lo son las bicicletas y el transporte público, y en donde se
ve una preocupación por parte de los habitantes en colaborar para que esto
suceda.
Ámsterdam es una ciudad que tiene
muy consciente el medio ambiente y fomenta una movilidad sostenible. A pesar de
que igualmente presenta altos niveles de emisiones de CO2 a la atmósfera,
cuentan con un plan a 2025 de una reducción del 40%, acercándose, de esta
manera, a trazar ese camino para transformarse en una ciudad del futuro.
Si bien cada vez más se puede ver
la iniciativa y preocupación por modelos que lleven a las ciudades a esta
transformación, todavía nos encontramos con deficiencias sobre el tema, que
deben ser abordados cuanto antes.
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