Formas de Ordenar y Generar Ciudades
En
las últimas décadas, las ciudades han pasado por un proceso de transformación
influido principalmente por el rápido crecimiento y expansión de la población
urbana, generando la ocupación de grandes extensiones de tierra y trayendo
consecuencias como el uso ineficiente de los suelos, baja densidad de población
de las zonas y una alta dependencia del transporte vehicular para trasladarse.
Para
responder a este fenómeno de irregularización de las ciudades, se creó una estrategia de planificación llamada ONU-Hábitat que
plantea ciertos lineamientos relacionados con el crecimiento demográfico y la
expansión urbana entre otros, con el objetivo de generar ciudades más ordenadas
y con mejor calidad habitacional.
Se considera que las
ciudades del futuro deben generar una nueva estructura urbana y espacial, dando
prioridad a la calidad de vida y abordando los problemas de la urbanización
actual, desde los problemas de expansión hasta la pobreza, desigualdad, contaminación,
congestión, así como la biodiversidad urbana, la movilidad urbana y la energía.
El primer
lineamientos planteado por ONU-Hábitat trata el tema del adecuado espacio para
las calles y una red de calles eficiente, estableciendo algunos parámetros de
relación personas – km2. En segundo lugar, se determina que debe haber al menos
15.000 por km2, cantidad óptima para una ocupación eficiente de los suelos,
generando una alta densidad de la zona. El tercer lineamiento trata acerca de
los usos del suelo, planteando una utilización mixta, en donde al menos el 40 %
del espacio debe estar asignado para el uso económico del barrio. El cuarto punto plantea que debe haber
disponibilidad de casas en diferentes rangos de precios y ubicación para dar la
posibilidad a diferentes niveles de ingresos, generando una integración de los
niveles sociales. El quinto y último lineamiento establece una limitación de
los bloques o barrios de tener una función única.
Todos estos parámetros de ordenamiento territorial
tienen diferentes objetivos tales como promover
el crecimiento urbano de alta densidad, aliviar la expansión urbana y maximizar
la eficiencia de la tierra, así como promover comunidades sostenibles,
diversificadas, socialmente equitativas y prósperas en formas económicamente
viables. A su vez, se pretende reducir la dependencia del automóvil, fomentando
los recorridos a nivel peatonal, proporcionando una red interconectada de
calles que faciliten caminar seguro, eficiente y agradable, el ciclismo y la
conducción. Por último, fomentar el
empleo, la producción y el consumo local.
A simple vista, parece estar todo resuelto, pero se
trata de un largo proceso hasta cumplir los objetivos, teniendo en cuenta que
cada ciudad tiene sus condicionantes, culturas y desarrollo social, que influye
altamente a la hora de intervenir en las mismas.
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