Planificación Urbana Eficiente: el rol de las leyes en Uruguay
Un-habitat, propone 5 principios
a seguir al momento de realizar un plan de desarrollo urbano, que se basa en
alcanzar tres características claves para ciudades o barrios sostenibles: que
sean compactas, integradas y conectadas. Estos conceptos son en respuesta a la
baja densidad, la dependencia del automóvil, la segregación de usos, etcétera,
que se produce cuando las ciudades crecen de manera extendida sobre el
territorio.
Esos cinco principios son: la
existencia de una red vial eficiente que ocupe al menos un 30% de la tierra;
lograr una alta densidad (al menos 15.000 personas por kilómetro cuadrado);
promover el uso mixto del territorio destinando al menos un 15% del territorio
de cada barrio al uso económico; lograr la mezcla social (ofreciendo casas de
distintos precios en los distintos barrios, para poder alojar a personas de
distintos ingresos); limitar los usos especializados de la tierra (para que no
haya barrios enteros o bloques con una única función).
La idea es evitar que las
ciudades se expandan para que sean más eficientes: que funcionen mejor
económicamente -al crear empleo local- y socialmente para favorecer la equidad
social; incentivar la caminata por sobre cualquier medio de transporte, sobre
todo el privado, para mejorar la calidad de vida y la seguridad.
Si pensamos en nuestro país,
algunos de estos conceptos se ven reflejados en la Ley de Vivienda de Interés
Social del 2011. Lo que pretende en principio esta ley es posibilitar el acceso
a la vivienda, ya que ésta es un derecho de la población y por lo tanto el
Estado debe facilitar el acceso. La idea de esta ley es incorporar a los
promotores privados exonerándolos de impuestos para que creen nuevas viviendas
dentro de ciertas condiciones.
El objetivo de la ley entonces,
es crear vivienda para los sectores socioeconómicamente bajos, medios bajos y
medios de la población, contribuyendo a la integración social y al mejor
aprovechamiento de los servicios, que en definitiva son llevan a tres de los
principios propuestos por Un-Habitat : la alta densidad, el uso mixto y la
mezcla social.
En comparación con muchas
ciudades del mundo que en menor territorio tienen millones de habitantes, la
ciudad de Montevideo tiene una densidad baja y tiende a crecer expandiéndose en
vez de densificándose. Incluso, su extensión hacia el este (la costa de oro)
llega a superar los límites del departamento.
La ley del 2011 promueve la
creación de vivienda nueva o incluso la refacción de las existentes, en áreas
ya consolidadas de la ciudad, como forma de aprovechar los servicios existentes
y no seguir expandiendo la ciudad innecesariamente. Así se consigue lo que
busca la generación de alta densidad según Un-Habitat: eficiencia en el uso de
tierra, reducir costos de los servicios públicos, menor dependencia del
automóvil, equidad social, descenso de la polución, y mayor eficiencia
energética. Mediante la alta densidad se consigue un crecimiento sustentable de
la ciudad.
El favorecimiento del uso mixto
del suelo del cual habla Un-Habitat, viene relacionado con la alta densidad. La
generación de nuevas actividades económicas -desde entretenimiento hasta de
oferta gastronómica, pasando por muchos otros rubros- está vinculado a la presencia
de mayor población. Al vivir más gente en el barrio, se instalan nuevos
negocios en el área porque se sabe que van a funcionar. Esto a su vez tiene
como consecuencia la disminución del uso del auto, porque los servicios están
cerca, y por lo tanto la gente camina más y hay mayor vida social. Esto es lo
que está sucediendo en barrios Montevideanos como Palermo o Barrio Sur.
En cuanto a la mezcla social que
Un-Habitat reconoce como un principio básico para una ciudad sustentable,
también es fomentado por la Ley de Vivienda de Interés Social del 2011. La ley
lo hace estableciendo qué tipo de obras se pueden hacer en qué zonas y si
tienen o no tope de venta. En la ciudad de Montevideo, la zona de Barrio Sur y
Palermo, identificadas como zonas donde se está perdiendo la población, se
permiten hacer viviendas de cualquier tipo y venderlas a cualquier precio
favoreciendo la inversión de los promotores privados. Para las zonas donde
corrientemente viven los sectores de nivel socioeconómico más alto como
Pocitos, Punta Carretas, Carrasco, Punta Gorda, se estableció un límite de
precio. De esta manera se incentiva la equidad social; que cualquier persona a
través de la vivienda de interés social tenga acceso a vivir en esta zona.
Es decir que, esta ley -que en
principio tenía como objetivo incorporar a los privados en la construcción de
viviendas sociales- es un ejemplo en nuestro país de la importancia de las
normativas, leyes y demás, no solo para fomentar un crecimiento de la ciudad
dentro de los límites ya existentes sino también para cualquier objetivo que se
quiera lograr en el marco del urbanismo.
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