EL ENTORNO DE LA BAHIA
COMO DESAFIO DE URBANISMO
Antes que nada, vale la
pena hacer mención de la bahía como zona privilegiada frente al resto de la
costa. No solo contiene las visuales costeras sino que se ve a sí misma, a la
otra cara de la bahía. Esto a mi criterio permite un paisaje mucho más rico
pero más que nada mucho más controlable ya que nos permite actuar sobre el
mismo.
Dentro de la bahía de
Montevideo destacamos cinco áreas principales, Ciudad Vieja, Aguada, Capurro,
La Teja y Cerro. Casi todas, sino todas, fueron objeto de diversos planes de
revitalización y cambio de uso; probablemente debido a que el crecimiento de la
ciudad se orientó hacia el este y esto devino en un decaimiento del área y un
uso del suelo más bien industrial.
Evidentemente las áreas más
ricas para intervenir son la costa de Capurro y el Cerro. Toda la zona de
ciudad vieja está muy limitada por el puerto, en Aguada si bien la presencia
portuaria podría ser desestimada, hay complicaciones de infraestructura vial (a
lo que se le suman las vías férreas) y un tejido irregular donde la
intervención tendría que ser a una escala muy grande y poco probable, prueba de
esto es el fallo del Plan Fénix. La Teja se encuentra obstruida por la pequeña
península en la que se ubica la refinería de Ancap.
Cerró por otro lado esta
mucho más abierta a nuevas intervenciones, si bien su tejido costero es
mayoritariamente residencial y más difícil de adquirir en su totalidad. Las
diferencias altimétricas son un gran plus potencial en lo que a visuales
respecta y el encontrarse en la punta de la península es una ubicación ideal.
La costa de Capurro creo
que es la más intervenible de todas. Principalmente por la alta presencia de
galpones e industrias en el frente costero que facilitan la adquisición,
reducen los costos y son más reformables y adaptables. Por otro lado la
presencia de una zona urbanizable del lado costero de la rambla, con contacto
casi directo con el agua permite la implantación de programas que dialoguen con
la costa sin la interrupción de una calle de por medio.
Otro punto la favorece es
la centralidad frente al resto de la ciudad. Tanto del punto de vista
geométrico como en cuanto a la accesibilidad vial.
Creo que aquí hay lugar
para varios enfoques y formas de actuación. Algunas partiendo de las ventajas
del sitio como podrían ser emprendimientos de carácter turísticos que se
favorecerían por la cercanía al puerto por ejemplo; y otras buscando carencias
del lugar o carencias de la ciudad y apuntando a llenar estos huecos.
Se podría proponer
grandes áreas verdes, la más próxima es en el Prado, como surgió en el plan del
cinturón verde que acompaña el Arroyo Miguelete que a su vez toma otro punto
importante que es la integración de estas modificaciones al resto de la ciudad
y su integración.
Creo que en estas áreas
que parecen haber crecido irregularmente a partir de muchas intervenciones es
fundamental una restructuración en cuanto a sus usos mediante actuaciones
directas y la instauración de nuevos marcos normativos que den unidad al
proyecto y permitan potenciar un sentido de identidad.
Lo mismo ocurre con la
estructura vial, no es clara ni parece ser eficiente; debe ser reestructurada a
partir de una idea fuerza que hace la intervención y plantear una política
sectorial ordenado.
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