sábado, 27 de septiembre de 2014

TU: Fynn, Ignacio

El entorno de la Bahía como desafío de urbanismo:

Analizando la realidad actual del la bahía oeste de nuestra ciudad, más específicamente el sector de Barrio Bella Vista, podemos concluir que es un sector con un importante potencial basándonos en  su ubicación geográfica la cual otorga cualidades paisajísticas únicas. Situándose sobre la  bahía quizá sea uno de los puntos de nuestra ciudad con mejores perspectivas de la costa y la ciudad en sí. Por otro lado podemos considerar a este barrio ubicado en los accesos de la ciudad como la “carta de presentación”  de Montevideo, ya que por él circulan las dos principales vías de acceso como lo son Bulevar Artigas y la Rambla, y por ende sería interesante que se comporte como tal. En la actualidad este potencial mencionado anteriormente se encuentra desaprovechado, obsoleto en todas sus condiciones, presentando una realidad programática e infraestructural que lo convierte un sector simplemente “de paso”, donde la realidad urbana predominante se resume en una sucesión de barracones en desuso, mal estado, con una programática y arquitectura poco atractiva, imponiéndose ante una trama urbana residencial consolidada que se encuentra “apartada” del frente costero, tal vez sea el único sector de la costa montevideana donde la actividad programática predominante sea de carácter comercial-industrial generando un área infructuosa, dilapidando por completo las cualidades que presenta. 

Quizá la zona oeste de la ciudad haya quedado de alguna manera rezagada en su desarrollo y proliferación, si bien observamos proyectos que se han llevado a cabo satisfactoriamente como ser la ejecución de la torre de ANTEL, por ejemplo,  se trata de programas muy puntuales que no aportan cambios significativos a la realidad del sector. Más llamativos sean tal vez, planes que por diferentes motivos no pudieron colmar las expectativas de promover y provocar el crecimiento de esta área de la ciudad. Un ejemplo válido podría ser el Plan Fénix para el Barrio Aguada, el cual pretendía una revitalización del barrio a través de la gentrificación de esta área que por diferentes motivos venía sufriendo un proceso de despoblación. La propuesta consistía en la producción de vivienda a partir de la restauración de estos barracones tan presentes en las inmediaciones del puerto, por diferentes motivos que no vienen al caso en Plan fracasó y por ende también fracasa el intento de desarrollo de la zona.

Considero acertada la intención de las autoridades de generar en la bahía un proyecto que persiga la revitalización y la atracción de inversiones. Analizando el proyecto de intervención, el mismo plantea puntos interesantes además de tener en cuenta ciertas situaciones como la reubicación del Puerto de Pescas y la Terminal de Buque Bus en el sector la cuales parecen ser un hecho, y en un futuro la zona de atraque de cruceros, quitando de la bahía barcos que no necesiten la profundidad. Se exploran diferentes proyectos especiales para el desarrollo de la ciudad considerándola como una unidad y no como la sumatoria de sectores actuando independientemente teniendo en cuenta que en esta parte existe cierto déficit a remediar.  El plan de desarrollo con objetivos a 15, 20 años persigue como objetivo principal: revitalizar y atraer inversiones, para esto se utilizara como punto de partida la ejecución de edificios en altura, con torres que puedan alcanzar los 120 m de altura (29 pisos). A modo de generar cierto grado de “motivación” para los posibles inversores la intendencia propone la exoneración de la contribución inmobiliaria por un lapso de 4 años extensible a 8 a las construcciones que se realizarán. Además planea ceder espacios públicos para la unidad de los proyectos. A cambio de estos beneficios la IMM exigirá a los inversores la construcción de nuevas calles internas, la realización del saneamiento, construcción de la rambla y espacios públicos para es el sector, así como la reubicación de el asentamiento irregular presente en la calle Civicos y la Rambla. También se planea un avance de 30 hectáreas  sobre la bahía las cuales serán de libre acceso. Considero que no es posible generar una opinión formada y valida sobre el acierto o error en la realidad estética  que el proyecto pretende dar, ya que la propuesta no presenta el grado necesario de definición para poder juzgarla coherentemente, mas allá de lo que podamos opinar al respecto de la implantación de una secuencia de torres en altura, lo cual nos puede parecer estéticamente correcto o no, verdaderamente no contamos con la información suficiente para enjuiciar la justificación de las mismas.

En cuanto a la actividad programática propuesta, si bien considero que el proyecto maneja conceptos importantes que fomentan la proliferación de la ciudad y la organización de la misma, así como  pretende aumentar y mejorar la realidad de un sector que presenta áreas públicas que no se muestran atractivas, considero que la inyección de una actividad programática más contundente, que exceda lo netamente residencial y que motive el traslado de la población al sector, pero no solo bajo el punto de vista habitacional si no que también por otro tipo de actividades como ser, esparcimiento, trabajo, estudio, deporte, etc., generando un sector donde conviva una variada gama de actividades que provoquen un uso constante del área en diferentes momentos, horarios y situaciones sería importante. La zonificación de ciudades en áreas de usos puntuales no favorece a la interacción de actividades, ni a la convivencia de los diferentes públicos que puedan llagar al sector por diferentes motivos. Bajo mi perspectiva la convivencia variada de actividades y públicos en un sector genera la utilización constante del mismo y por ende consigue el objetivo de revitalizar la zona, y la revitalización de la misma basada en actividades programáticas fuertes atraen las pretendidas inversiones. Otro punto a analizar podría ser la promoción que utiliza la intendencia, para motivar la inversión en el sector, si bien la exoneración de la contribución inmobiliaria puede sonar tentador las exigencias de la IMM para los futuros inversores plantean desafíos interesantes, teniendo en cuenta que no es claro el panorama futuro de la zona, la decisión de invertir o no en el sector puede ser arriesgada.    

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