lunes, 28 de septiembre de 2015

TU. F1: AMORELLI

Retomando la ciudad: La experiencia de Amanda Burden en Nueva York

Amanda Burden en una planificadora urbana y especialista en conducta animal, que actuó como directora de la oficina de planeamiento de la ciudad de Nueva York en el período 2002-2013. Es considerada una de las principales responsables de los cambios más grandes realizados en el desarrollo de la ciudad en los últimos tiempos.

En el año 2002 fue encargada por el alcalde de la ciudad, Michael Bloomberg, adaptar la ciudad para que esta fuera capaz de acomodar en la próxima década un crecimiento proyectado de más de un millón de personas.

Los principales problemas a los que se enfrentó Burden fueron: un alto nivel de congestionamiento en la ciudad que era incapaz de incorporar más tráfico vehicular, una ciudad sin lugar físico hacia donde expandirse y un borde costero totalmente deteriorado. Basada en una fuerte filosofía de participación pública comenzó a elaborar el plan para el futuro desarrollo de Nueva York con la idea de devolverle la ciudad a sus habitantes. En el plan elaborado de manera subsiguiente, Burden incorporó de manera muy exitosa todas las tendencias de prácticas urbanas contemporáneas. Participación pública, puesta en valor del peatón, el fomento del transporte público, la incorporación de espacios públicos adaptables con alto contenido de verde y la revalorización de sectores deteriorados en la ciudad como manera de densificación. Esta gestión por parte de Burden como veremos a continuación muestra que la planificación urbana nunca puede dejar de tener en mente al usuario de la ciudad y para que esta sea exitosa se debe lograr un gran nivel de “urbanidad” dentro la ciudad. Este término refiere a la vida urbana de una ciudad, es decir una ciudad a escala humana donde es posible que sus habitantes sean capaces de realizar conexiones e interactuar entre sí, algo avocado por Jane Jacobs hace ya más de 40 años en su libro Muerte y Vida de Las Grandes Ciudades.

El objetivo del plan elaborado era que ningún nuevo desarrollo en la ciudad se encontrará a una distancia mayor de que 10 minutos caminando de una estación de subte existente y de manera lograr que nadie viviendo en estos nuevos edificios debiera tener un auto. Para lograr esto fue necesario cambiar la zonificación de más del 40% de la ciudad. Esta zonificación no fue cambiada  desde una oficina en algún rascacielos anónimo si no que se hizo como ya fue mencionado mediante una fuerte participación pública en la gestión. Burden personalmente caminó cada cuadra donde se pensaba intervenir, hablando con sus habitantes y viendo cuáles áreas eran capaz de ser densificadas sin afectar la vida de los habitantes. Para cuando se terminó el cambió en la zonificación al término de 12 años de gestión Burden, de más de 60 años, había caminado unas 12 500 cuadras. ¿Cuantos planificadores urbanos pueden tomar crédito por tal hazaña y dedicación?

En las áreas donde se planeaban los desarrollos de mayor impacto, como Green Point y Williamsburg, Burden consideraba que se debía darle a sus habitantes lugares de calidad que todos pudieran disfrutar. Para lograrlo debió ir en contra de muchos desarrolladores inmobiliarios como la Lower Manhattan Development Corporation exigiendoles que se destinaran grandes superficies al espacio público. Fue así que logró crear en el borde costero inferior de Manhattan un parque de más de 3km de extensión devolviendo la totalidad del borde costero inferior de la Isla de Manhattan al espacio público es decir a los habitantes de Nueva York.

A su vez cambiando una serie de normativas donde se le quita la predominancia al automóvil Burden fue capaz de devolverle la ciudad al peatón. Se derogó la normativa que no permitía “sidewalk cafés” creando así mayor vida en las veredas, se prohibió el estacionamiento en en grandes zonas destinando estas áreas a cafés y bares abiertos y también se peatonalizó la mitad de los carriles de Broadway donde se instalaron grandes cantidades de equipamiento para los usuarios. Quizás entre  sus logros más reconocidos sea la creación de la High Line. Claro está que no se puede llevar la totalidad del crédito, pero desde sus inicios fue una de sus principales impulsoras y es la principal responsable de que se concrete la tercera y última etapa del parque sobre Hudson Yards enfrentándose a los desarrolladores inmobiliarios que sostenían que ese espacio debía destinarse para uso comercial y  oficinas.

Creo que muchas ciudades se beneficiarian de planificadores como Amanda Burden. Planificadores que nunca pierden su foco, siempre teniendo presente que la ciudad es para la gente. Planificadores que tienen en cuenta lo que el público quiere sin dejar que presiones externas de desarrolladores inmobiliarios terminen haciendo lo que les plazca con la ciudad como sucede en muchos casos. Planificadores que entienden que el peatón y el espacio público son los principales generadores de vida urbana en las ciudades.

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