lunes, 28 de septiembre de 2015

TU. F1: GONZALEZ

La centralidad como espacio público


Los espacios públicos se construyen con propósitos diversos y tienen distinta escala (barrio, ciudad, región), funcionalidad (centralidad urbana, histórica), siendo el más importante la centralidad urbana, porque contiene la mayor escala, la mayor funcionalidad, la mayor población y la mayor conflictividad. La centralidad a lo largo de la historia, dentro del ámbito urbano, ha sido el espacio público por excelencia. Se trata de un espacio que debe ser reconocido no por sus partes aisladas o por las calles y plazas sino por el gran significado que tiene como un todo para las personas. Estos factores hacen que el espacio público sea distinto al resto de la ciudad. Se habla de un espacio para todos, le otorga el sentido de identidad colectiva a la población que vive más allá del centro (espacio) y más allá del presente (tiempo). Esto significa que su condición pública va más allá del tiempo (antiguo-moderno) y del espacio (centro-periferia).
La centralidad urbana es espacio público privilegiado también por ser ámbito de relación y de encuentro, donde la población se socializa, se informa y se expresa cívica y colectivamente. Esto se logra gracias a su ubicación, funcional y simbólica dentro de la trama urbana. Su cualidad de espacio público también se explicita porque no existe otro lugar de la ciudad que tenga un orden público tan definido y desarrollado.
La centralidad urbana se ha convertido en el de tensión en la ciudad respecto de las relaciones Estado-sociedad y público-privado. Digo esto porque se trata del lugar que mas cambia , es decir, el más proclive a transformaciones.
Con la tendencia a la privatización no solo de la gestión de lo urbano, sino de la vida misma de la colectividad en todos sus ámbitos, la centralidad urbana empieza a ser víctima del abandono de lo cívico, de la pérdida de su condición de espacio público y su ocupación  de sectores populares. En la centralidad urbana, junto la concentración de la propiedad y la penetración de capitales transnacionales en desmedro del pequeño capital nacional, se observa la reducción del compromiso de la población con la zona; es decir, la erosión del sentido de ciudadanía.
Por otra parte, las privatizaciones plantean, por primera vez, la discusión entre lo público y lo privado alrededor de la centralidad, lo cual puede llevar a fortalecer su carácter público, a establecer nuevas relaciones de cooperación entre lo público y lo privado, a incentivar el significado que tiene el “pequeño patrimonio” para el capital y a definir una sostenibilidad económica y social de todo emprendimiento, esto ha creado preocupaciones y discusiones muy importantes, que vinculan las relaciones de la sociedad y el Estado en la perspectiva de la reconstrucción del espacio público de la centralidad.
Si la centralidad siempre fue el espacio público por excelencia, que se homogeniza porque queda como producto del mundo popular, es desde allí que se debe actuar. Así como en un momento de la historia nuestras ciudades le dieron la espalada a sus orígenes —el río, el mar, el cruce de caminos—, hoy hay que darle la vuelta a la ciudad para ponerla de cara a su pasado, no de espaldas a él, a partir del espacio público. Los ejemplos de esto en la región son interesantes: están las transformaciones urbanas de Guayaquil con su Malecón, Buenos Aires
con Puerto Madero, Bogotá con Transmilenio, Lima con la Costa Verde.


En ese contexto, hay que devolverle la plaza a la ciudad para que la ciudad vuelva a ser un espacio público, un lugar de y para todos. La sucesión de plazas, calles y solares deberá convertirse en un sistema de lugares significativos para que le otorguen orden a la ciudad y permitan el encuentro e integración de la población. En otras palabras, para que la ciudad vuelva a ser un espacio público, un conjunto de puntos de encuentro, un sistema de lugares significativos, donde la sociedad puede representarse y visibilizarse. Es allí donde se puede hacer más ciudad para más ciudadanos y más ciudadanos para más ciudad.

1 comentario:

  1. El enfoque es muy interesante pero sería mejor contar con una reflexión original. Esta es en cambio la copia textual de partes de un documento de Fernando Carrión titulado ¨La plaza: un producto en vías de extinción¨que puede encontrarse en la web.

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