El espacio público ante el crecimiento de la ciudad
Es preciso
comenzar estudiando la definición de espacio público en la actualidad. Podría
llamársele a aquel escenario destinado a promover la interacción diaria
ciudadana; un lugar que forja nuevas relaciones y actividades, fomentando la
igualdad ciudadana. No es precisamente el espacio residual, ni aquel dominado
por entes públicos, debe contar con pura esencia social.
Las nuevas
tendencias de forma de vida han llevado a cuestionar los espacios públicos,
tanto en cuanto a su diseño, como a su uso y apropiación por parte de los
usuarios. Nuevos espacios como los shoppings y barrios cerrados han contribuido
a esta polémica.
Cada vez el
crecimiento de la población mundial aumenta a mayor velocidad. Esto se traduce
en ciudades obligadas a expandir su mancha urbana, que en su mayoría se
caracterizan por ser procesos espontáneos y por lo tanto, sin planificación
alguna. El gran problema que esto genera es que la necesidad de ocupar estos
espacios acaba por deteriorar el ámbito social de la calidad de vida de los
habitantes.
El desarrollo y
crecimiento de las ciudades, junto con la inmigración, los nuevos criterios de
movilidad, etc., suponen diversos problemas de desarticulación, falta de
recreación, relación e interacción entre aquellos habitantes que se ven
forzados a ocupar las zonas de la periferia. Termina por considerarse como
“espacio público” a aquel área residual que no está siendo ocupada por
edificaciones.
También, este
asunto acarrea otros problemas como la falta de identidad social en estas
nuevas áreas. El espacio público debe proveer un lugar donde construir
identidades y desarrollar relaciones de los individuales y grupales. En su
mayoría, quienes pasan a ocupar estas zonas periféricas de la ciudad cuentan
con poca afinidad sentimental por el espacio por ser inmigrantes, nuevas
familias, ocupantes eventuales, etc., por lo tanto el rechazo por este tipo de
áreas, genera la falta de interés de los usuarios por generar allí actividades y
relaciones, siendo esto justamente lo opuesto a lo que un espacio público
ejemplar debe transmitir.
La sociedad
moderna tiende cada vez a desarrollarse en el ámbito privado (casas,
automóviles, trabajo, centros comerciales estrictos, ordenadores, etc.) y por
ello es de vital importancia la figura del espacio público dentro de la ciudad
como el lugar de dispersión y relación, además de equidad de clases sociales.
Se debe
recuperar el interés por la vida pública y la ciudad como el lugar propicio
para el encuentro ciudadano. Debe ser un espacio de dominio público
(proporcionado por el ente público como obligación), de uso social colectivo,
que permita la diversidad de usos y de acceso libre no restringido.
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