El Papa y su visita por NY
Es de público
conocimiento que el Papa Francisco realizó, durante el mes de setiembre, una
importante gira por el norte de nuestro continente más específicamente por Cuba
y varias ciudades de los Estados Unidos dentro de la cuales se encuentra la
ciudad de Nueva York. Y, ¿Qué mejor ejemplo de espacios públicos metropolitanos
que los de la ciudad de Nueva York?
Tal y como era
de esperarse la llegada del Sumo Pontífice a dicha ciudad generó que miles y
miles de fieles y otros tantos curiosos se aglomeren en los diferentes puntos
de su recorrido. Así mismo se desplegó un muy importante, quizás el más
importante, operativo de seguridad por parte de la policía de la ciudad. Parte
del operativo consistió en que los actos, ya sean las misas, los discursos o
las procesiones que el Papa Francisco brindó durante su estadía sean a puertas
cerradas. Aquellos que no pudieron adquirir entradas encontraron como
alternativa permanecer afuera de estos lugares o seguir a la caravana del Papa,
en su papamóvil, por la calle por cuadras y cuadras.
El objetivo
principal de dicho operativo de seguridad consistía en cuidar la integridad del
Papa Francisco pero a su vez permitir que los ciudadanos de la ciudad de Nueva
York pudieran continuar sus días con normalidad, para ello era de fundamental
importancia que las calles permanecieran abiertas. Si bien el transporte
vehicular si se vio afectado, los peatones pudieron, aunque solo en
determinados lugares y momentos, seguir circulando permitiéndoles de esta
manera ver al papa a una distancia que la policía considero prudente. Estas
muchedumbres de personas que se generaron en la calle durante estos días nos
demuestran una vez más la importancia de la calle como espacio público.
El recorrido del
Papa Francisco por Nueva York consistió en una serie de misas y servicios
religiosos realizados en la Catedral de San Patricio en plena Quinta Avenida,
en el Madison Square Garden, un pabellón deportivo con capacidad para unos
20.000 espectadores aproximadamente y en
la Zona Cero, memorial del atentado a las Torres Gemelas. También se llevaron a
cabo discursos como por ejemplo ante la Asamblea de las Naciones Unidas o en
una escuela en Harlem, pero en mi
opinión, lo que más llama la atención fue la procesión que se realizo por el
Central Park.
El Central Park
es uno de los espacios públicos por excelencia de la ciudad de Nueva York, es
un enorme pulmón verde en medio de esta gran urbe que está abierto todos los días
del año desde las 6.00 am hasta la 1.00 am para todo público de forma gratuita
desde el 1858 recibiendo unas 37 millones de visitantes al año. Sin embargo
esta vez, por motivos de seguridad tuvo que ser cerrado, restringiendo su
entrada a ni más ni menos que unas 80.000 personas.
Tanto los
elevados números de personas que se acercaron a participar del recorrido del
Pontífice como la capacidad de los diferentes lugares en los que tuvo lugar la
gira, especialmente el Central Park, nos da una referencia de la magnitud de la
ciudad de Nueva York y de la caracterización de esta como una gran metrópolis.
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