domingo, 12 de octubre de 2014

TPU. F1: Aprahamian.

Montevideo, ¿hacia una ciudad fragmentada?

Ubicándonos en el contexto histórico, los orígenes montevideanos remontan al Siglo XVIII: una ciudad colonial fortificada, de tipo mediterráneo (no porteño) con un esquema gradual centralizado, teniendo la plaza como lugar político y social más importante.

Pasada esta época, se dio paso a una primera fase de urbanización, la cual dio comienzo en Montevideo en 1829 con la demolición de las murallas y el plan de construcción de la “Ciudad nueva” que llegaría aproximadamente hasta los límites del ejido. Esta segunda etapa, afectada por las olas de migración europea, trajo consigo una ciudad sectorizada. Vemos como se fue expandiendo linealmente bajo los nuevos ideales de Primer Mundo el centro sobre la actual Avenida 18 de Julio, así como la creación de barrios con amplios espacios verdes como el Prado bajo la cultura del urbanismo higienista.

A la tercera etapa (1920-1970), afectada por los movimientos poblacionales internos hacia Montevideo hasta entrado el siglo XX, Borsdorf la categoriza como una segunda fase de urbanización que nos lleva a una ciudad polarizada. La clase social media y alta se fue movilizando hacia la zona costera de la ciudad, con el claro ejemplo de la inauguración del barrio jardín de Carrasco con la fundación de su Iglesia y su Hotel en 1921. Desde entonces se fue paulatinamente polarizando la ciudad: a la vez que van apareciendo edificios protegidos, lo mismo sucede con la aparición de complejos de viviendas de interés social, como son el complejo de Euskalerría en Malvín Norte, así como también los barrios periféricos marginales y conventillos. Actualmente contamos con un claro legado de esa época, y es una diferencia entre un lado de la ciudad de menores recursos (zona norte) y otra de mejores recursos (zona sur).

Este es un tema siempre latente, cuando se presentan proyectos de ensanchar Avenida Italia, la principal salida hacia Ciudad de la Costa y el Este del país, se pone sobre la mesa el problema de la polarización de la ciudad. Hay que poner de un lado de la balanza las consecuencias de la polarización contra las necesidades de infraestructura en tránsito.


Las distintas crisis económicas del país han llevado a una segregación en la conformación urbana de Montevideo, con falta en infraestructura y soluciones habitacionales para muchos pobladores.  Se llevó al crecimiento de la periferia principalmente por familias de bajos recursos en barrios “homogéneos” con bajos servicios,  y por otra parte la clase media y alta se fue progresivamente desplazando en la franja costera, abandonando zonas centrales que sí estaban capacitadas en servicios e infraestructura.[1] Este es el claro fenómeno de Ciudad Vieja y parte del Centro, el cual está en su mayoría ocupado por edificios de oficinas que generan un despoblamiento e inseguridad en los horarios que no son de trabajo.

Creo que para poder tomar todo tipo de decisiones políticas, que afectan al esquema urbano de la ciudad, debemos reflexionar en qué situación estamos. Desde el 1970 se considera que el desarrollo urbano latinoamericano se encuentra, en términos generales, bajo un régimen de ciudad fragmentada. Mientras que la tendencia sectorial y crecimiento celular típico del S. XX siguen vigentes, en las grandes ciudades con las grandes autopistas (lo que en Montevideo todavía no vemos necesario) las zonas periféricas de la ciudad son de interés en la clase alta y se generan los tan discutidos barrios cerrados como lo son los “Country” en el departamento de Canelones.
           
Estos barrios cerrados es la máxima expresión al que ha llegado el desplazamiento social del centro de las clases altas, pasando límites administrativos para poder contar con las comodidades que estas unidades ofrecen, lo que en Montevideo no está reglamentado: Los barrios privados de Montevideo (como son el caso de Jardines y Manantiales) son emprendimientos privados, en donde el promotor realiza la Urbanización y Parcelación, pero luego las calles son libradas a uso público.
           
En la ciudad contemporánea hay una nueva forma de sectorización y  ubicación de los elementos socio-espaciales.  Ahora encontramos elementos de menores dimensiones en zonas mayores, como los Shopping Center, pequeños “enclaves comerciales” en zonas totalmente residenciales.  En la zona metropolitana de Montevideo contamos con seis  de estos establecimientos, los cuales le sacaron la importancia que tenía la Avenida 18 de Julio y Cordón, sin embargo le dan un mayor confort y cercanía a los montevideanos. Lo mismo sucede con las zonas industriales, aparecen nuevos parques industriales, así como también nuevos centros de oficinas que van distribuyendo el rubro en nuevas localidades como son el complejo World Trade Center, Zonamérica, y nuevos edificios de oficinas hacia el este de la ciudad.
           
Montevideo aún no está fragmentada. Hay elementos de consumo que van de la mano con el mundo globalizado en el que vivimos y son totalmente compatibles con la ciudad. Con el actual estancamiento demográfico no poseemos tampoco grandes necesidades de crecimiento y se ve una ciudad muy contrastada en sus distintas zonas pero no dividida. Aparte, contamos con algunos barrios privados, pero los cerrados se encuentran en las afueras en Canelones y no han tenido un gran desarrollo comparándolo con otras ciudades de la región donde las murallas separan barrios y la sociedad entera.



[1] “Procesos de urbanización y segregación en Montevideo: breve reseña” http://www.lahn.utexas.org/

No hay comentarios:

Publicar un comentario