domingo, 12 de octubre de 2014

TPU. F1: Arrejuria.

EL DESARROLLO DE LA CIUDAD Y EL VALOR DEL ESPACIO PÚBLICO A LO LARGO DE LA HISTORIA.

El texto de Axel Borsdorf titulado “Como Modelar el Desarrollo y la Dinámica de la Ciudad Latinoamericana”, explica básicamente cuáles son las diferentes etapas en que podemos dividir el desarrollo de dichas ciudades; como los cambios políticos, sociales y culturales influyen en la morfología de la ciudad, y cómo ésta en sus diferentes zonas se vuelve un reflejo de la vida de sus habitantes.
Durante la evolución y el desarrollo de una ciudad a lo largo de la historia, hemos visto como los diferentes elementos que la conforman y caracterizan han jugado roles de importancia cambiante a lo largo del tiempo. Un claro ejemplo de esta situación es la importancia de determinados espacios públicos a lo largo de las diferentes etapas de una ciudad.
Podemos encontrar en Montevideo dos claros ejemplos de espacios públicos que datan de un período de temprano desarrollo de la ciudad, y que han ido modificando su rol en la misma hasta nuestros días: La Plaza Matriz y el Mercado Agrícola de Montevideo.

La Plaza Matriz (originalmente conocida como Plaza Constitución) fue concebida como la Plaza Mayor de la ciudad colonial de Montevideo. A fines del siglo XVIII comenzaba a jugar un rol de suma importancia en la ciudad; a su alrededor se desenvolvía la vida religiosa y administrativa de la misma, con la presencia de la Iglesia Matriz (en aquel entonces Catedral Metropolitana) y el Cabildo, sede del gobierno colonial. Desde ese entonces fue el principal punto de reunión y encuentro social de los habitantes de Montevideo, en donde se realizaban festejos civiles y militares.
Tras la declaratoria de la Independencia, y junto con el trazado de la Ciudad Nueva para la expansión de Montevideo (que incluía el proyecto para la Plaza Independencia), la Plaza Matriz fue perdiendo su jerarquía como espacio público exclusivo de la ciudad.
Con el pasar de los años y llegando a nuestra actualidad, el espacio ha sido intervenido en variadas ocasiones; si bien aún hoy día es un punto de referencia y elemento de caracterización de la ciudad de Montevideo por su importancia historia, ya no juega el mismo rol de concentración de la vida de la ciudad que tuvo en sus orígenes.

Posterior a la Independencia, la ciudad de Montevideo comienza a expandirse más allá de los ejidos; en 1866 se instala la denominada Plaza de las Carretas en la zona del Palacio Legislativo. Este lugar se volvió un importante punto de reunión y concentración de la población; allí se comercializaban productos agrícolas provenientes de las zonas circundantes y del interior del país, en aquel entonces zonas rurales. Por exigencias de higiene, salubridad y funcionalidad, se decide crear el Mercado Agrícola, inaugurado en 1913.

Con el paso del tiempo, y la evolución de la ciudad, el Mercado Agrícola, al igual que la Plaza Matriz fue perdiendo su rol protagónico en la ciudad. Sin embargo, una importante iniciativa por parte del Estado para la revitalización del barrio Goes, impulsó en 2006 su restauración y el mejoramiento de sus instalaciones.

Hoy en día el Mercado Agrícola ha vuelto a ser un edificio público con un rol protagónico en la ciudad, si bien diferente al que tuvo en sus inicios; además ha colaborado ampliamente a la revitalización del barrio Goes, enmarcado en un plan urbanístico mucho más amplio.

En conclusión, podemos ver a través de algunos elementos clave, como pueden ser los espacios públicos de una ciudad, como su sociedad y su cultura van cambiando, y como esto a gran escala va modelando las nuevas formas de desarrollo de la ciudad. El rol que cumple en la ciudad los elementos que la caracterizan en una etapa puntual puede cambiar, tornándolos más o menos protagonistas en determinados ciclos. La ciudad va evolucionando siempre hacia el futuro, pero sin poder volver atrás, convirtiéndose en una superposición de etapas y modelos, en los que se puede ver trazada toda su historia.

También es claro que es un punto sumamente importante el cuidado y el mantenimiento de la calidad de los espacios públicos de una ciudad, ya sea que provengan de la  época colonial o se hayan proyectado en la contemporaneidad, los arquitectos y urbanistas tienen la capacidad y la obligación de dotar a esos espacios públicos de elementos que los potencien, dándoles así la oportunidad de ser protagonistas de su ciudad.





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