Las ciudades latinoamericanas tienen la
particularidad de tener una causal fundacional similar, ya que todas comenzaron
como colonias europeas que luego fueron independizándose. Montevideo comienza
como una típica ciudad colonial española, se puede identificar una retícula en
damero conformada por pocas manzanas, la catedral y el cabildo que se ubican
alrededor de una plaza central o matriz , estos elementos se formaron en la
etapa de la “ciudad colonial” dando como resultado una masa compacta,
amurallada e introvertida. Este modelo fue eficaz para el periodo en que se
pensó, una época en donde el desplazamiento era en carretas y la economía se
basaba básicamente en la explotación de los recursos naturales; sin embargo, no
estaba pensado para el crecimiento explosivo, sino que se organizó para la
situación que vivía la ciudad en el momento, para un crecimiento más natural y paulatino.
Luego de la independencia y la industrialización, se generó un gran
aumento de la población en la ciudad, esto hizo que se abriera y creciera por
fuera de las murallas (además, estas no eran ya más necesarias ya que la ciudad
había perdido su carácter militar defensivo de la época colonial). Este
crecimiento en nuestra ciudadse puede observar que se dio de forma lineal, la
Avenida comercial 18 de Julio, rompe los esquemas y diagramas de la ciudad
racional planificada por los españoles, tiene coherencia con la mencionada
“primera etapa de urbanización” según el artículo de Borsdford, dado por el
arribo de población europea a territorio latinoamericano. Se puede ver como
resultado, una ciudad más abierta al exterior, teniendo que ver con su forma de
relacionarse con el mundo, ya que se dan los comienzos de las exportaciones a
zonas fuera de la localidad.
Siguiendo con este crecimiento social y
económico, Montevideo se expande por todo el territorio que rodea, la que una vez fue, la ciudad amurallada.
Esta expansión sin precedentes, que forma parte de la “segunda etapa de
urbanización” tiene que ver con un desarrollo interno de la ciudad donde la
población se distribuye a lo largo y ancho del territorio y las grandes
distancias se solucionan con las nuevas formas de transporte y las
conectividades que se dan en los nuevos tejidos de lo que comienza a ser la
“ciudad moderna”. Esta situación, logra una imagen nueva de la ciudad: la
polarización, donde se mantiene el centro histórico y la linealidad del
crecimiento inmediatamente posterior, pero se le adiciona sectores alejados de
la zona céntrica e industrializada. Se generan barrios exclusivos, que se dan
mayoritariamente hacia la costa y
barrios marginales, habitados por población más carenciada, ubicados en la
parte opuesta. Este crecimiento se puede comparar con el crecimiento en “media
luna “ de la ciudades brasileras, que habla Borsford en su artículo, ya que
estamos hablando de una ciudad costera con similares características.
Por último, como “etapa de
reestructuración” que se desarrolla en
la época contemporánea, en Montevideo se puede ver las características de una
ciudad fragmentada. Ya sea por problemas de seguridad, comodidad, o alejamiento
de la urbanización propiamente dicha; se crean nuevos barrios cerrados e
introvertidos ya que dentro de si encierran todas las actividades de la vida
cotidiana ( sin tener la necesidad de salir y cortando el vinculo con la
población de afuera) lo cual genera el crecimiento de nuevas ciudades dentro de
la gran ciudad.
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