domingo, 12 de octubre de 2014

TPU. F1: Mazzoli.

En el artículo “Como modelar el desarrollo y la dinámica de la ciudad latinoamericana”, el autor busca demostrar las dinámicas de la estructuración urbana. Esto lo logra a través de un estudio del desarrollo urbano modelado en cuatro momentos distintos: ciudad colonial, ciudad sectorial, ciudad polarizada y ciudad fragmentada. En los siguientes párrafos realizaré un análisis y un breve estudio comparativo entre el artículo y la ciudad hispanoamericana y la ciudad de Montevideo.

En la época Colonial, cuando varias ciudades hispanoamericanas fueron fundadas, las mismas seguían ciertas reglamentaciones: se encontraban ubicadas en el centro de sus regiones administrativas, y una plaza constituía el centro de la ciudad. Ésta funcionaba como estructuradora de la red de calles urbanas, y además, actuaba como núcleo de la vida social. Alrededor de la misma ocurría una fuerte centralización, creada a raíz de una estructuración socio-espacial en círculos.

En la ciudad colonial de Montevideo ocurrió algo similar a lo sucedido en el resto de las ciudades hispanoamericanas en cuanto a la estructuración interna de la misma, pero su motivo de creación no fue el mismo. Esta ciudad se fundó con una finalidad esencialmente militar, por lo que la misma se encontraba fortificada. Igualmente, presentaba las características típicas de las ciudades hispanoamericanas: una plaza en el centro rodeada por una Iglesia y el edificio de Gobierno.

A principios del siglo XIX, luego de que la mayoría de las ciudades coloniales españolas obtuvieran su independencia y haya habido una importante incidencia de inmigrantes europeos, ocurrió una reestructuración del organismo urbano.  La estructuración espacial de estas ciudades se dio principalmente por una diferenciación sectorial orientada a estructuras lineales que rompieron con la estructura circular de la ciudad colonial. Así mismo surgieron las primeras zonas industriales, ubicadas en las cercanías de las nuevas vías ferroviarias, y la plaza dejó de ser centro administrativo y pasó a ser centro comercial.

En esta época, en Montevideo, se ordenó a demoler las fortificaciones existentes en la época colonial, y se delimitó nuevamente la ciudad. De esta forma, la Plaza principal, ubicada en la ciudadela, se transformó en un nuevo mercado público y en la actual Plaza Independencia, siendo la Plaza Cagancha la única plaza pública. Aparecieron también, al igual que en las otras ciudades hispanoamericanas, el ferrocarril y comenzaron a aparecer los “corredores metropolitanos”, que eran rutas de acceso a la ciudad en donde ocurría una concentración del crecimiento urbano, siendo la calle principal de la ciudad de Montevideo, 18 de Julio.

Entre 1920 y 1970 hubo un desarrollo urbano importante, producto de un crecimiento de la industria nacional en muchas ciudades hispanoamericanas, reforzándose así los sectores industriales cercanos a las líneas ferroviarias y las autopistas. En este período, ocurrió un contraste entre la ciudad rica y la ciudad pobre, producto de una estructuración espacial y de un crecimiento celular fuera de la ciudad. Aparecieron los barrios marginados y de vivienda social, localizados en la periferia de la ciudad, así como barrios exclusivos con calles amplias y grandes áreas verdes, alejados de la misma. 

En la ciudad de Montevideo, hacia 1930 se presentó un Plan Regulador que solucionaría las problemáticas urbanas ocasionadas por un abrupto crecimiento de la población, lo mismo que ocurrió en otras ciudades hispanoamericanas. Así mismo, se consolidaron en esta época una serie de parques y jardines tanto en Montevideo como en otros departamentos. También, al igual que en otras ciudades de América Latina, se formaron asentamientos en los accesos a la ciudad, creándose así el área metropolitana de Montevideo.

En la fase más reciente del desarrollo urbano en América Latina, se mantuvieron algunos principios estructurales del pasado, pero por sobre todo, se adquirieron nuevos. Con la construcción de autopistas modernizadas y ampliadas, el transito se vio acelerado, y las zonas periféricas más atractivas. Así mismo, apareció en este período una nueva forma de separación de funciones y elementos socio-espaciales en pequeñas dimensiones, denominada fragmentación. De esta forma distintos elementos urbanísticos coexisten, pero igualmente quedan separados por muros y cercos. Esta fragmentación se vio reflejada por la libre distribución de zonas industriales, la localización de comercios minoristas en toda la ciudad, y por la presencia de barrios cerrados en toda la periferia de la ciudad.

En Montevideo ocurre exactamente lo mismo que lo dicho en el párrafo anterior, pero además de haber una fragmentación, siguen instalados barrios marginales en la periferia de la ciudad. Igualmente, día tras día se intenta integrar a los distintos sectores de la sociedad,  a través de los espacios públicos, y edificios tanto públicos como privados (shopping por ejemplo).

Como conclusión, podemos decir que Montevideo, a pesar de tener algunas diferencias, presenta un desarrollo y un dinamismo en el crecimiento urbano muy parecido al del resto de las ciudades de América Latina.

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