domingo, 12 de octubre de 2014

TPU. F1: Miller.

El artículo escrito por Axel Borsdorf intenta explicar el proceso de urbanización de las ciudades latinoamericanas, señalando que su estructura urbana atravesó cuatro etapas para alcanzar el resultado actual. En el siguiente trabajo realizaré una comparación entre la ciudad de Montevideo y el artículo, presentando diferentes reflexiones sobre el mismo.

Borsdorf distingue cuatro fases en el desarrollo urbanístico de las ciudades latinoamericanas. Las mismas son la época colonial, la primera fase de urbanización –influida por la inmigración europea–, la segunda fase de urbanización –determinada por migraciones internas del campo a la ciudad– y, por último, la ciudad contemporánea –caracterizada por una reestructuración–.

El autor explica que en la primera etapa, la época colonial (1500-1820), la ciudad estaba compuesta por una estructura radial, ubicándose en el centro la plaza mayor o plaza de armas. Alrededor de la misma se asentaba la aristocracia y los funcionarios de la corona, y luego había un descenso gradual de clases sociales hasta alcanzar la periferia, el punto más lejano de la plaza mayor, en donde vivía la clase social más baja. En Montevideo, es posible relacionar dicha plaza con la Plaza Matriz, llamada en la época colonial Plaza Constitución. Se trataba del lugar central donde se desarrollaban las actividades ciudadanas, y allí se encontraban la Iglesia Matriz y el Cabildo, el edificio de gobierno. También tenía lugar el mercado de frutas y verduras. Si bien la Plaza Constitución no estaba estrictamente en el centro, tal como indica Borsdorf, era el corazón de la ciudad. La pequeña ciudad estaba bordeada por murallas, de las que hoy en día solo queda como reminiscencia la Puerta de la Ciudadela.

No obstante, si bien Borsdorf plantea una estructuración socio-espacial en círculos, cabe destacar que esta teoría no se vio reflejada en la ciudad de Montevideo durante la época colonial. De hecho, Zabala había comisionado a Pedro Millán como encargado de la repartición de las cuadras, y este las asignó por sorteo entre los pobladores.

Luego, el autor habla sobre una siguiente fase en el proceso de urbanización de la ciudad a la que le adjudica el nombre de “primera fase de urbanización: la ciudad sectorial” (1820-1920). Esta época está caracterizada por la independencia de la mayoría de las colonias europeas en el Nuevo Mundo. Montevideo no fue la excepción, y su independencia tuvo lugar en 1825, consolidándose Uruguay como estado independiente. Sin embargo, la demolición de las murallas comienza recién en 1829, y se comienza a proyectar la Nueva Ciudad por fuera de los límites de la Ciudad Vieja. Las oleadas de inmigración europea a gran escala condujeron a la saturación de la ciudad existente, lo cual trajo rápidamente como consecuencia la expansión física de la ciudad.

Vale recalcar que Borsdorf le atribuye un nombre muy acertado a la época ya que –tal como se ve reflejado en Montevideo– es en este período que surgen los “barrios conventillo” a causa de las ideas liberales y la abolición de esclavitud. Es así que se va generando una segregación residencial.

Por otra parte, el artículo hace alusión al surgimiento de modas urbanísticas, como por ejemplo el boulevard francés. Una referencia evidente de esta teoría aplicada en la práctica es la Avenida 18 de Julio, la cual tuvo grandes aportes en la expansión planificada de la ciudad. La avenida se diseñó en línea recta. Se trataba, tanto en aquella época como hoy en día, de un estructurador urbano. Funcionaba como eje de la vida social y comercial de la ciudad. Las nuevas manzanas de la ciudad se estructuraron de acuerdo a esta avenida.

Continuando con las fases presentadas por el autor, nos encontramos frente a la Segunda fase de urbanización: la ciudad polarizada (1920-1970). Montevideo, al igual que indica Borsdorf sobre las ciudades latinoamericanas en general, se vio fuertemente afectada por un crecimiento urbano determinado por la sustitución de importaciones mediante industrias, principalmente entre los años 1930 a 1950. Citando al autor, Montevideo tenía como objetivo el “desarrollo hacia adentro”. Las industrias, antes localizadas en el sur, se reubicaron en el norte, y junto a ellas se desplazó la clase baja. En este momento se forman los “Cantegriles”, es decir, los primeros asentamientos ilegales.

La clase alta, por su parte, se desplazó al sur buscando la proximidad de la costa –este afán se mantiene hasta la actualidad–, principalmente sobre la bahía hacia el este. En este período se construyó la Rambla. La ciudad se fue abriendo lentamente hacia la costa, y la Rambla sirvió como estructurador urbano para conectar las construcciones con fachadas orientadas a la misma. La “Ley de propiedad horizontal” se aprobó en 1956 a modo de facilitar las construcciones en altura. De esta forma, el contraste entre la ciudad rica y la ciudad pobre quedó incluso más remarcado.

Por último, nos enfrentamos a la fase más actual (1970 hasta hoy): la ciudad fragmentada, la cual conserva una estrecha relación con los barrios cerrados. Aquí nos encontramos frente a un punto de inflexión entre el texto y la realidad de Montevideo ya que, si bien la ciudad presenta barrios cerrados, como por ejemplo “Jardines”, estos no son privados y sus calles son de libre acceso, por más que cuenten con seguridad propia. Cada casa tiene un padrón diferente. De todos modos, se trata de una propuesta atractiva para quienes buscan sentirse tranquilos frente a la creciente inseguridad de las calles.

Si bien algunos barrios cerrados, como por ejemplo “La Tahona”, se encuentran ubicados en el departamento de Canelones, podemos hacer alusión a los mismos ya que estos no existirían sin la ciudad de Montevideo. Estos barrios cerrados presentan diferencias con los barrios cerrados de Montevideo, ya que en la década de los 90’ el gobierno de Canelones les permitió separarse del espacio público, logrando que su acceso sea restringido. Estos barrios están emplazados en un único padrón, y la división interna está hecha por unidades.


Podemos inferir que el texto de Borsdorf es muy rico en conocimientos y presenta teorías que tienen estrecha relación con la realidad. Si bien es posible distinguir algunas  disonancias, es fácil reconocer estas conjeturas en el desarrollo de las ciudades latinoamericanas, sobre todo en la ciudad de Montevideo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario