Para poder hablar de la estructura urbana de una
ciudad es necesario comprender su fundación y sus orígenes, que, seguramente
han creado una inicial trama que tal vez hoy no se haya continuado pero que si
ha generado una característica de la ciudad en aquel entonces.
Montevideo fue
fundada por fines políticos, para evitar la colonización de extranjeros, por lo
que debió ser una ciudad amurallada. El primer plano de Montevideo constaba de
un damero con 32 manzanas donde habitaban las familias que habían inmigrado de
Buenos Aires.
La ciudad estaba en una parte de la península que
cierra la bahía por el este, hacia el rio de la plata en un territorio cerrado
por una muralla de piedra que la protegía. A sus alrededores se encontraba una
zona de protección conocida como el Ejido, y luego de esta estaba la línea de
propios, que constaba de tierras pertenecientes a las familias de donde
obtenían un sustento económico. La forma de la ciudad dentro de la muralla respondía
al modelo colonial de ciudad latinoamericana, con una plaza al centro donde se
ubicaban los edificios importantes de la ciudad y la Catedral, alrededor de la
cual se situaban las manzanas de vivienda.
Luego de derribada la muralla, la ciudad de Montevideo
comenzó a expandirse en forma radial, como de medialuna. No hubo un crecimiento
lineal marcado, como describe Borsdorf que caracterizaba la expansión de las
ciudades de Latinoamérica, sino que se parecía más bien al crecimiento de las
ciudades costeras de Brasil. Sin embargo, igual podía verse una trama de damero
que tenía como eje la avenida principal 18 de julio.
Así fueron surgiendo nuevos barrios para las clases
altas, y en la medida que aumentaba el desarrollo de la ciudad se iban
integrando a la trama de la ciudad. Surge entonces el Prado, Los Pocitos y más
adelante Carrasco, como barrio jardín. Hoy en día, la población y zona urbana
se ha extendido no solo por toda la superficie de Montevideo, sino también en
sus alrededores. Esto es viable gracias
a la existencia del automóvil y del transporte público que permite que las
personas puedan vivir en la periferia de la ciudad pero seguir teniendo el
resto de las actividades a su alcance. Han existido transformaciones que
implicaron el crecimiento demográfico en la ciudad, y generaron el vaciamiento
de algunas zonas, cambios en la distribución social dentro de los diferentes
barrios y una separación física entre las diferentes clases sociales mucho más
marcada que en el inicio de la ciudad, donde las clases más altas se ubican
sobre la Rambla de Montevideo, muy prestigiosa y un atractivo turístico que
caracteriza a la ciudad.
Sin embargo, también se puede ver como empiezan a
aparecer barrios de alto nivel inmersos en zonas más carenciadas, o
asentamientos ubicados a pocos metros de las zonas de mayor nivel económico y
social. Aparecen entonces torres o barrios cerrados, cercados
con sistemas de vigilancia y seguridad de los que habla el autor, en los que la
población se siente cómoda y segura, que responde con el nuevo concepto de
bienestar y ambiente seguro. Los mismos integran algunas de las facilidades que
el hombre considera fundamental para su nuevo estilo de vida. Por otro lado están también los centros
comerciales, y las nuevas áreas de trabajo privadas como por ejemplo
Zonamerica, en las que se concentran las diferentes funciones.
Queda por tanto la ciudad dividida en una suerte de “micro-ciudades” según su función, una ciudad dividida en
zonas, fragmentada, y son las avenidas y vías públicas las que conllevan a la
población de un lado a otro, vinculan las diferentes zonas.
Bibliografía:
http://www.farq.edu.uy/sociologia/files/2012/02/montevideo-una-modernidad-envolvente.pdf
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