domingo, 12 de octubre de 2014

TPU. F1: Aresti.

Para poder hablar de la estructura urbana de una ciudad es necesario comprender su fundación y sus orígenes, que, seguramente han creado una inicial trama que tal vez hoy no se haya continuado pero que si ha generado una característica de la ciudad en aquel entonces.

Montevideo  fue fundada por fines políticos, para evitar la colonización de extranjeros, por lo que debió ser una ciudad amurallada. El primer plano de Montevideo constaba de un damero con 32 manzanas donde habitaban las familias que habían inmigrado de Buenos Aires.

La ciudad estaba en una parte de la península que cierra la bahía por el este, hacia el rio de la plata en un territorio cerrado por una muralla de piedra que la protegía. A sus alrededores se encontraba una zona de protección conocida como el Ejido, y luego de esta estaba la línea de propios, que constaba de tierras pertenecientes a las familias de donde obtenían un sustento económico. La forma de la ciudad dentro de la muralla respondía al modelo colonial de ciudad latinoamericana, con una plaza al centro donde se ubicaban los edificios importantes de la ciudad y la Catedral, alrededor de la cual se situaban las manzanas de vivienda.

Luego de derribada la muralla, la ciudad de Montevideo comenzó a expandirse en forma radial, como de medialuna. No hubo un crecimiento lineal marcado, como describe Borsdorf que caracterizaba la expansión de las ciudades de Latinoamérica, sino que se parecía más bien al crecimiento de las ciudades costeras de Brasil. Sin embargo, igual podía verse una trama de damero que tenía como eje la avenida principal 18 de julio.

Así fueron surgiendo nuevos barrios para las clases altas, y en la medida que aumentaba el desarrollo de la ciudad se iban integrando a la trama de la ciudad. Surge entonces el Prado, Los Pocitos y más adelante Carrasco, como barrio jardín. Hoy en día, la población y zona urbana se ha extendido no solo por toda la superficie de Montevideo, sino también en sus alrededores.  Esto es viable gracias a la existencia del automóvil y del transporte público que permite que las personas puedan vivir en la periferia de la ciudad pero seguir teniendo el resto de las actividades a su alcance. Han existido transformaciones que implicaron el crecimiento demográfico en la ciudad, y generaron el vaciamiento de algunas zonas, cambios en la distribución social dentro de los diferentes barrios y una separación física entre las diferentes clases sociales mucho más marcada que en el inicio de la ciudad, donde las clases más altas se ubican sobre la Rambla de Montevideo, muy prestigiosa y un atractivo turístico que caracteriza a la ciudad.

Sin embargo, también se puede ver como empiezan a aparecer barrios de alto nivel inmersos en zonas más carenciadas, o asentamientos ubicados a pocos metros de las zonas de mayor nivel económico y social. Aparecen entonces torres o barrios cerrados, cercados con sistemas de vigilancia y seguridad de los que habla el autor, en los que la población se siente cómoda y segura, que responde con el nuevo concepto de bienestar y ambiente seguro. Los mismos integran algunas de las facilidades que el hombre considera fundamental para su nuevo estilo de vida.  Por otro lado están también los centros comerciales, y las nuevas áreas de trabajo privadas como por ejemplo Zonamerica, en las que se concentran las diferentes funciones.

Queda por tanto la ciudad dividida en una suerte de “micro-ciudades”  según su función, una ciudad dividida en zonas, fragmentada, y son las avenidas y vías públicas las que conllevan a la población de un lado a otro, vinculan las diferentes zonas.








Bibliografía:
http://www.farq.edu.uy/sociologia/files/2012/02/montevideo-una-modernidad-envolvente.pdf


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