Si bien la moda de
los barrios privados llega al Uruguay cerca de la década de los 90, recién en
la última década comenzó a desarrollarse más dinámicamente debido al gran
interés de la sociedad en este nuevo emprendimiento y las ventajas que en el encuentran.
Entre ellas, la que
más atrae a los compradores es la seguridad que estos barrios privados ofrecen
mediante cámaras, guardias todo el día y un cerco que limita y además no
permite el acceso a cualquiera. Otro punto de gran influencia es la relación con
la naturaleza y la tranquilidad que hay, en el sentido de que no hay ruidos
molestos de tránsito como en la ciudad.
En lo que respecta
a Montevideo en particular estos tipos de emprendimientos urbanos se
prohibieron en el 2011, cuando la Intendencia Municipal negó la construcción de
un barrio privado cercano a Zonamerica tratando de evitar la creación de guetos
que alteran el tejido social. Por lo que los barrios que existen dentro de los
limites políticos de Montevideo son semicerrados o barrios jardín, lo que
significa que están conectados con la trama urbana de la ciudad, permiten el
acceso a cualquier público, pero cuentan con guardias contratados por los
vecinos. Los barrios cerrados se encuentran en el departamento de Canelones por
la cercanía con la capital en donde trabajan la mayoría de sus habitantes.
Pero en el resto
del país también se pueden encontrar emprendimientos de este tipo, en donde si
bien son construidos para residencia permanente lo usual es que sea temporal o
incluso para turistas. Tal es el caso de barrios ubicados en Maldonado o
Colonia que cuentan con una mayoría de residentes temporales extranjeros.
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