El documental “La escala humana” trata sobre
las ciudades de la actualidad, las “megaciudades” que en un pasado fueron
producto de la imaginación y que se han convertido en realidad, una realidad
que supera las condiciones del humano que la habita. La ciudad se ha convertido
en un ambiente inhospitable para el ser humano, no son creadas con el fin de
generar un lugar propicio para la interacción e intimidad de los usuarios. Sin
embargo, es en nuestra mente donde estas ciudades parecen ideales, es por ello
que se dan las grandes migraciones del campo a los centros urbanos, con la
esperanza de encontrar la solución para poder llevar una vida mejor. No hay
conciencia sobre el habitat adecuado para el ser humano, donde éste pudiera
relacionarse como lo supone nuestro instinto.
Las ciudades más actuales, incluso las
pertenecientes a la modernidad, se generan como máquinas de habitar, donde la
ciudad en sí se forja en un segundo plano y se le da mayor importancia al
automóvil y su circulación dentro de la misma. El aumento de la cantidad de
automóviles conlleva al aumento de la cantidad de carreteras y de tráfico, así
mismo si hubiera más cantidad de espacios públicos de calidad, habría más vida
pública.
Los espacios no deben de considerarse como
privados donde uno invade al otro al penetrarlo, sino que se deben generar sitios de
relacionamiento mutuo, sin prejuicios ni propietarios. Un lugar donde poder
tratar con desconocidos, un espacio para la interacción genuina del hombre,
donde no esté todo controlado sino que se pueda dar un surgimiento espontáneo
de vida en la ciudad.
Se debió dar más atención al tráfico peatonal,
a la circulación del mismo; al no suceder esto en la mayoría de las ciudades se
tuvo que proceder a la adaptación de las mismas una vez que se había demostrado
que no estaba funcionando correctamente. De esta manera, en ciudades como Nueva
York y Copenhague –como lo dice el documental- , se tuvo que proceder a la
realización de mapeos y estudios del comportamiento de los habitantes; se
comenzaron a peatonalizar las calles y se fue estudiando la evolución y
conducta de los ciudadanos, viendo una influencia directa en la vida pública de
la ciudad, viéndose ésta multiplicada comparada con su estado inicial.
La ciudad de Montevideo puede ser estudiada
desde este punto de vista como cualquiera de estas otras ciudades aunque se da
una escala menor.
Los espacios de relacionamiento por excelencia
de esta ciudad incluyen plazas y peatonales ubicadas estratégicamente como la
Peatonal Sarandí emplazada en la Ciudad Vieja de Montevideo. En ella se genera
una zona comercial, con gran cantidad de tiendas y comercios generándose un
lugar propicio para las interacciones e intercambios personales entre los
residentes. A su vez actúa como conector de dos puntos antiguos de gran
jerarquía a nivel interdepartamental: la Plaza Matriz y la Plaza Independencia.
Ambos se presentan como espacios públicos destacados por su antigüedad y su
simbología, además de ser utilizados como sitios de relacionamiento donde
suelen darse eventos sociales, culturales y actos públicos.
Así como la mayoría de las ciudades capitales
de América del Sur, el tráfico no se caracteriza por ser organizado, lo que
genera grandes disturbios y mala calidad de las circulaciones. De igual manera,
se puede identificar una clara predominancia del automóvil por sobre las
necesidades del peatón.
Por lo tanto, sin importar la ciudad ni la
escala de la misma, se puede ver como factor en común la falta de atención al
peatón en la creación de las ciudades y la necesidad de arreglar los problemas
que esto conlleva, buscando redefinir y reavivar la idea de espacio público,
evitando el sedentarismo y el encierro de las personas dentro de la privacidad
de su vivienda.
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