En este trabajo se procura analizar cómo la
ciudad de Lobos en Buenos Aires y Santiago Vázquez se insertan en el área
metropolitana de expansión conurbana y que estrategias se deberían seguir para
favorecer el desarrollo tanto de servicios como turismo.
La principal similitud entre ambas ciudades
es que las dos se encuentran en una situación de interface entre la frontera de
expansión de la región metropolitana y el interior rural. Lobos se encuentra a
cien kilómetros al sudoeste de la ciudad de Buenos Aires, en contraste con
Santiago Vázquez, que por la diferencia de escalas entre las ciudades se
encuentra a poco más de 20 kilómetros del centro de Montevideo. Al estar tan
cerca del área metropolitana ambas ciudades cuentan con una alta y rápida
accesibilidad con rutas para tránsito pesado en excelente estado. Aun así es
necesario un sistema de transporte, infraestructura y equipamiento que acentúe
la primacía de estas localidades sobre otras del interior para favorecerla como
ciudad-dormitorio y como proveedor de productos agrícolas, ganaderos e
industriales
Las condiciones topográficas y geográficas
son similares ya que ambas se emplazan en terrenos con depresiones con
tendencia a inundarse. En el caso de Lobos es una llanura en la que abundan los
lagos, mientras que en Santiago Vázquez la presencia del río Santa Lucía es un
elemento principal en la ciudad. La principal diferencia entre las dos ciudades
es el contraste de escalas y servicios que ofrecen. Lobos cuenta con una
población de 33 mil habitantes mientras que el pueblo uruguayo parece estar
estancado en 3.800, apenas un décimo.
En ambos sectores es necesario preservar y
destacar la preeminencia rural, la existencia de paisajes y recursos naturales
para valorizar la producción sustentable. El desarrollo turístico responsable
es necesario para mostrar la diversidad de atractivos naturales y culturales
que existen en las localidades, así como la generación un recorrido
gastronómico sobre el rió Santa Lucía incrementaría la dinámica sobre la costa.
También es necesario promover la competitividad del área, para así generar un
crecimiento sustentable y contribuir a la inserción social. Para ello habría
que limitar toda concentración de actividades cuyos efectos puedan comprometer
la calidad del agua y degradar el suelo. A su vez para revalorizar y recuperar
ciertos sectores degradados de la trama urbana es imprescindible el desarrollo
inmobiliario tanto de hotelería como también la planificación como ciudad
jardín.
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